2 por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su
propia conciencia;
3 éstos prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó
para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los
que han conocido la verdad.
4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no se ha de rechazar
ningún alimento que se coma con acción de gracias;
5 pues queda santificado por la Palabra de Dios y por la oración.
6 Su tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de
Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que
has seguido fielmente.
7 Rechaza, en cambio, las fábulas profanas y los cuentos de viejas.
Ejercítate en la piedad.
8 Los ejercicios corporales sirven para poco; en cambio la piedad es
provechosa para todo, pues tiene la promesa de la vida, de la presente y de
la futura.
9 Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación:
10 Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la
esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres,
principalmente de los creyentes.
11 Predica y enseña estas cosas.
12 Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para
los creyentes modelo en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en
la fe, en la pureza.
13 Hasta que yo llegue, dedícate a la lectura, a la exhortación, a
la
enseñanza.
14 No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por
intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de
presbíteros.
15 Ocúpate en estas cosas; vive entregado a ellas para que
tu
aprovechamiento sea manifiesto a todos.